Wednesday, February 18, 2009

Amar sin miedo




Un peregrino llegó hasta la aldea donde vivía Abu Yazid al-Bistrami.
- ¡Enséñeme la manera más rápida de llegar hasta Dios!
Al-Bistrami respondió:
-Ámalo con todas tus fuerzas.
- Ésto yo ya lo hago.
- Entonces necesitas ser amado por otros.
- ¿Pero por qué?
- Porque Dios mira el corazón de todos los hombres. Cuando visite el tuyo, seguramente verá tu amor por Él y se pondrá contento. Sin embargo, si Él encuentra también tu nombre escrito con cariño en el corazón de otras personas, con certeza pondrá mucha más atención en tí.

Tuesday, February 10, 2009

El camino de regreso

Hasta entonces nunca me habían aterrado
de esta forma los aeropuertos.
Lléname de abrazos, lléname de besos,
creo que anunciaron tu vuelo.
Y entre lágrimas tu figura es devorada por la gente,
y una fiera maloliente clava en mi alma sus afilados dientes.

Sus afilados dientes.

Quedo con el sabor metálico de la soledad
y deshojo el calendario.
Tengo miedo, tengo frío y dudo,
y hago repaso.
Fugaz e indeterminado, como un sueño ha comenzado
esta historia y no sé, en verdad, si fue real.

Quién me iba a decir que te iba a encontrar una noche casual,
yo ejerciendo de torpe sentimental.
"¿Qué haces aquí? A punto estaba de marcharme,
qué bueno es encontrarte".

Y tú y yo inmóviles, y en torno a nosotros
giraban colores, pasaban horas, rostros.

Pasaban horas, rostros.

Pero nada de esto era importante,
"así que háblame de ti y no pares".
Apenas te dejaba la música con su metralla.
"Cuéntame cómo era todo antes".
Aunque seriamente dudo si en verdad hubo un antes,
sólo recuerdo bien, con nitidez, que hubo un después.

Entre empujones, entre la gente,
me acerco torpemente con taquicardia adolescente,
en aquel bar donde no entra ni un rayo de luz,
sé que fuera, sé que fuera amanece.

Sé que fuera amanece.

Nuevos reencuentros, nuevas confesiones, y de repente me veo
perdido en un aeropuerto,
con las pesadillas que día a día me acompañan, cotidianas,
con las que me atormento:

A qué son bailan tus caderas,
qué sudores te alimentan, tengo tanto miedo
de que olvides el camino de regreso,
el camino de regreso.


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Disco: Atrapados en azul
Estreno: agosto de 1995
Letra: Ismael Serrano
Música: Ismael Serrano