Todo es Posible

Me siento rendido y como si el pensar que puedo hacer algo para salir de mi situación, solo fuera engañarme.
¿Qué es esto que se ha apoderado de mi alma?

“Solo hay que creer que es posible y será posible.
Solo hay que creer dentro del corazón y será real.
Aunque este mundo parezca real, no lo es. Este mundo se cambia desde dentro.
Debes creer que el Espíritu hará estas cosas por ti.
La convicción es lo importante.
La fé es creencia intuitiva, interior.
No importa como luzca el día, todo es posible con El.
De donde estés, de allí te sacará el Señor y te remontará a las alturas si tú lo permites.
Una vez más te digo que creas que esto es posible.
¿Hasta cuándo esperas para creer en quien todo te lo ha dado?
Nada es para siempre. El tiempo empieza y termina. ¿Qué has hecho en medio?
Empieza a creer en el Señor.”

¿Es que no creo en totalmente? ¿Soy infiel? ¿Soy no creyente?

“Una parte de ti lo es, otra no. La lucha es conquistar aquella parte descreída.”

¿Cómo lo haré? Ves este estado en que me encuentro. Sin voluntad. Si creo que tengo estas cosas, siento que me engaño y que solo prolongo la agonía. Que se que por dentro no lo tengo.

“Así es, ahora no lo tienes pero si acudes a la fuente del Señor, El te proveerá.”

¿Cuánto durará eso y que tengo que hacer concretamente? Algo que yo pueda hacer.

“El camino es largo, no medible en tiempo sino en logros, en mejoramiento de vida interna y por consecuencia externa.
Primero, olvida todo lo que has planeado. Haz lo que sientes debes hacer. Los planes conocidos han demostrado no servir ¿Para qué preocuparnos por eso?
Ir a la fuente para sacar el veneno interior y ser limpiada por el Espíritu.
Leer.
Escribir.
Danzar
Meditar.
Lo demás se irá dando.”

¿Eres una parte de mí, verdad?

“Sí.”

¿Quién eres? A veces pienso que es un ego bueno.

“A veces.
A veces no.
A veces soy el Señor.
A veces la Madre.
A veces el consejero.
A veces uso egos buenos pero siempre te vigilo, no estás solo.
Se de tu dolor pero cree es lo mejor. Esto pasará.”

Ya voy muy entrado en años y ¿Aún quieres que espere? Me siento viejo, como si mi tiempo hubiera pasado. Ya no soy joven.

“Esa juventud no es la que necesito. Madurez es lo que necesita Dios.”

Cortesía de Juan Ruiz