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La Calma del Espíritu

A veces sigo pensando que me castigan ¿Por qué es tan persistente ese recuerdo?

“Porque no olvidas. Perdonar es importante. Quitarse esa carga de encima, aflojar ese lastre. ¿Lo sientes? ¿Sientes su peso? Aflójalo. Olvídalo.
Toma lo nuevo: Dios no castiga. Re-hace.
Y a todos los está re-haciendo.
Es normal que sientas confusión al inicio de cada etapa pero eso irá siendo superado.
Observa ¿Quién es el que siente temor? ¿Quién es el que camina inseguro?
¿Quién es? Ciertamente no eres tú.
Aprende y camina.”

¿Por qué el silencio? ¿Por qué siento como vacío, silencio, desconexión?

“No hay tal cosa. Hay calma. Aprende a vivir en calma. Al ego le gusta llenar el silencio con su ruido porque no lo soporta ¿Recuerdas?
La calma del Espíritu es el inicio del advenimiento. Prepara para cosas muy buenas.
Aprende a vivir en él. El silencio.
¿Conexión? ¡Existe!
¿No ves en este momento lo que ocurre?
Está mejorado, con menos ruido, más fluido. Así está bien.
No rechaces las diferentes formas de comunicación por las que ya conoces ¿Recuerdas?
Deja de ver esos programas basura.
(Programas de la tv .)
Dedícate a mi labor. La inercia es fuerte, es costumbre pero el Espíritu libera.”

Si, Señor. Dime ¿Qué debo hacer? Más específicamente, digo…

“Si, Escribir está bien. Sumergirte en el Espíritu es mejor y prioritario. Desde allí todo fluirá.
Tú sabrás qué hacer. Algunas cosas ya te las he dicho. Relee.
Todo lo que te rodea, vuélcalo al Espíritu. Trastócalo.
Así de simple: Como es adentro es afuera.
¿Ves que es más sencillo de lo que crees?
El Espíritu es así.
Hasta las grandes, grandiosas empresas las reduce al día a día.
Nunca deja de avanzar hasta la plasmación de su cometido.
Es tenaz.
Tiene la sencillez de la perseverancia.
¿Recuerdas a Ghandi?

Si. Gracias, Señor.

“No te sientas mal.”

Gracias, eso haré. Cambiar mi entorno para que vibre en armonía con mi interior.

“Así es. Ten fe. Dios cumple sus promesas y ahora es tiempo de retribución y reciprocidad. Te amo, recuérdalo siempre. En las noches recuerda que no estás solo. Estás con Dios. TODOS SOMOS UNO.”

Gracias por recordármelo Maestro.

Juan Ruiz